| «« | »» |
|
|
Amante del silencio |
La Magia, en efecto, supone que a ciertos fenómenos seguirán infaliblemente otros fenómenos sin la intervención de una voluntad extraña. Se funda, como la ciencia, sobre el determinismo, es decir, sobre la fe implícita en una realidad ordenada y homogénea. El mago no pretendía violentar los hechos pero, conociendo las secretas afinidades y el orden en que se sucedían, se contentaba con imitar aquel fenómeno que era el antecedente constante del fenómeno deseado. Sus errores y sus fracasos procedían de no haber observado bien aquella trabazón fija de sucesiones y fundarse en relaciones aparentes más que sustanciales, pero el principio de que partía era el mismo sobre el cual se halla edificada la ciencia moderna.
Publicado por Pause
Anónimo
Entre el observador y el objeto observado existe un principio de acción y reacción que determina cambios físicos y sutiles en la coyuntura de las partículas que los unen y se agregan por similitud energética, los cuales, transforman a ambos al mismo tiempo. Dicho principio se ha dado en llamar Ley de Correspondencia y reúne las necesidades que se presentan durante la concreción del propósito evolutivo. Por esta ley, las agrupaciones de los diversos agentes, tienen en cuenta un conjunto de factores tales como los vínculos Kármicos y el Destino.
Anónimo
El Uno es símbolo; el Dos representa a la Materia; el Tres expresa el Mundo Fenoménico, pues combina a la Mónada con la Dualidad y participa de la naturaleza de ambas; el Cuatro representa a la Perfección y significa la vacuidad de todo; y por último el Diez representa el cosmos completo.
El Uno primigenio no “existe” tal y como entendemos la existencia fenoménica, mora así, tanto en el centro como en la circunferencia y, aún así, él es sólo el reflejo de la Divinidad, pues el Creador Uno no puede haber creado aquello que no tiene principio ni fin y por definición es, por tanto, lo “Increado”, el No-Ser, el AQUELLO.
Ya que todo lo que tiene forma, incluso etérea o sutil, ha sido creado, y más pronto o más tarde habrá de morir y trasmutar su forma pasada. La voluntad es pues superior a la manifestación, la Voluntad Suprema es en definitiva la Ley que rige el mundo manifestado.
Pero al igual que el Ser, es el reflejo del No-Ser;
la Ley manifestada es el reflejo de la No-Ley.
Si la Gran Dualidad habita en el Uno sin Nombre, y la Luz y las Tinieblas son iguales en el Absoluto sin Tiempo. ¿Qué podemos hacer los mortales para evitar lo irremediable, el hecho innombrable, aquél que será armonizado consecuentemente con el equilibrio de la balanza Kármica en el cierre de cada ciclo?
El Uno primigenio no “existe” tal y como entendemos la existencia fenoménica, mora así, tanto en el centro como en la circunferencia y, aún así, él es sólo el reflejo de la Divinidad, pues el Creador Uno no puede haber creado aquello que no tiene principio ni fin y por definición es, por tanto, lo “Increado”, el No-Ser, el AQUELLO.
Ya que todo lo que tiene forma, incluso etérea o sutil, ha sido creado, y más pronto o más tarde habrá de morir y trasmutar su forma pasada. La voluntad es pues superior a la manifestación, la Voluntad Suprema es en definitiva la Ley que rige el mundo manifestado.
Pero al igual que el Ser, es el reflejo del No-Ser;
la Ley manifestada es el reflejo de la No-Ley.
Si la Gran Dualidad habita en el Uno sin Nombre, y la Luz y las Tinieblas son iguales en el Absoluto sin Tiempo. ¿Qué podemos hacer los mortales para evitar lo irremediable, el hecho innombrable, aquél que será armonizado consecuentemente con el equilibrio de la balanza Kármica en el cierre de cada ciclo?
Anónimo
¿Quiere esto decir que la Armonía es tan sólo el reflejo del Caos?
La “Armonía” y el “Caos” a los que te refieres son sólo elementos manifestados o estados de la materia.
Los seres fenoménicos en su confusión creen apegarse a la “Armonía” y al “Caos” como a dos caminos alternativos y opuestos, cuando en realidad sólo se apegan a la Materia, a la Forma Manifestada. Y aquél que se apega a la Forma la corrompe, pues sólo el que se apega a la Ley preserva la Forma, al constituir la Ley, la causa y motivo de la Forma misma.
La “Armonía” y el “Caos” a los que te refieres son sólo elementos manifestados o estados de la materia.
Los seres fenoménicos en su confusión creen apegarse a la “Armonía” y al “Caos” como a dos caminos alternativos y opuestos, cuando en realidad sólo se apegan a la Materia, a la Forma Manifestada. Y aquél que se apega a la Forma la corrompe, pues sólo el que se apega a la Ley preserva la Forma, al constituir la Ley, la causa y motivo de la Forma misma.
| «« | Inicio | »» |
