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Ecuación del Día del Juicio Final

En 1960 tres ingenieros eléctricos de la Universidad de Illinois redactaron un papel titulado: "Doomsday: Friday, 13 November 2026".
En el mismo se proponía una nueva forma de pronosticar la población mundial teniendo en cuenta los valores registrados desde los tiempos de los Césares. Asimismo, estos científicos investigaron cómo seguiría el avance de la población siempre y cuando se siguieran dando todos los requisitos necesarios para que ocurra la correcta perpetuación de la especie. El resultado fue muy interesante: Hacia el 2026, el crecimiento de la población mundial llegaría al infinito.
En realidad esto quiere decir que llegaría a un nivel tal de crecimiento exponencial (Cada vez más y en menos tiempo) que los números se volverían imposibles de calcular y aparentemente se perdería el control de las cosas. Según sus cálculos, hacia 1975 se preveía que la población mundial alcanzaría los 3650 millones. Sin embargo, llegada la fecha, los números no sólo no concordaban, sino que eran un poco desalentadores: 3970 millones. No era hasta 1980 que se preveía esa cifra y para cuando llegó dicho año, el número ya había ascendido a 4400 millones. Los 5000 millones fueron alcanzados en 1985 aunque la ecuación lo predijo para 1989.


Ahora bien, según lo que he leído y según lo que dicta la lógica, esto no podría llegar a suceder.

¿La naturaleza hará su trabajo trayendo nuevas pestes y enfermedades? ¿Lo hará el hombre mismo con las guerras?

A veces se dice que el sida, entre otros, fue en realidad una creación del hombre. Sin embargo, si el objetivo de los poderes que puedan estar detrás de tales creaciones es disminuir la población mundial, no parecen estar lográndolo. Igualmente, si mal no recuerdo, según ciertas investigaciones el sida existe desde mucho antes de lo que la mayoría cree. Creo que en Africa se lo conocía (al menos de otra forma) con anterioridad.

Publicado por Pause Editar entrada contiene 2 comentarios.
  Anónimo

domingo, 20 julio, 2008  

Por miles de años el palpitar del corazón de la Tierra ha tenido esta frecuencia de pulsaciones y la vida se ha desarrollado en un relativo equilibrio ecológico. Sucede, sin embargo, que a partir de los años 80, y de forma más acentuada a partir de los años 90, la frecuencia se elevó de 7,83 a 11 y a 13 herzios. El corazón de la Tierra se disparó y de manera coincidente se hicieron sentir desequilibrios ecológicos: perturbaciones climáticas, mayor actividad de los volcanes, crecimiento de tensiones y conflictos en el mundo y aumento general de comportamientos desviantes en las personas, entre otros. Debido a la aceleración general, la jornada de 24 horas es, en realidad, solamente de 16 horas. Por lo tanto, la percepción de que todo está pasando demasiado rápido no es ilusoria, tendría una base real en este trastorno de la resonancia Schumann.

Gaia, ese superorganismo vivo que es nuestra Madre Tierra, debe de estar buscando formas de recuperar su equilibrio natural. Y lo conseguirá, pero no sabemos a qué precio, precio que será pagado por la biosfera y por los seres humanos. Aquí se abre un espacio para que grupos esotéricos y otros futuristas proyecten escenarios, ya dramáticos, con catástrofes terribles, ya esperanzadores, como la irrupción de la cuarta dimensión mediante la cual todos seremos más intuitivos, más espirituales y más sintonizados con el biorritmo de la Tierra...

  Anónimo

domingo, 20 julio, 2008  

Los dominios de la epigénesis y de la evolución están tipificados, en un nivel más profundo, por los paradigmas gemelos de la segunda ley de la termodinámica:

1) que las operaciones probabilísticas aleatorias siempre se tragarán el orden, la pauta y la entropía negativa, pero...

2) que para la creación de un nuevo orden son indispensables las operaciones de lo aleatorio, la plétora de alternativas no resueltas (entropía).

En lo aleatorio los organismos recogen nuevas mutaciones, y allí encuentra sus soluciones el aprendizaje estocástico.

La evolución tiene un punto culminante: la saturación ecológica de todas las posibilidades de diferenciación.

El aprendizaje lo tiene en el espíritu atestado, hiperlleno.

Volviendo al huevo inculto producido de manera masiva, la especie en marcha despeja una y otra vez sus bancos de memoria a fin de estar dispuesta para recibir lo nuevo.

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