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...y así ad infinitum

“¿Qué quiere Rocco?”. Y él mismo se responde: “Quiere más”.
El gángster lo confirma: “Eso es, quiero más”.
El soldado pregunta de nuevo: “¿Alguna vez Rocco tendrá bastante?”.
Y Rocco aclara: “Nunca tengo bastante”.

Publicado por Pause Editar entrada contiene 3 comentarios.
  Anónimo

martes, 15 julio, 2008  

Pero el término antiguo es mucho más específico, pues significa, literalmente, «aquello que alberga eso que ata la memoria». Y, lo que es más, el mismo término aparece en la versión acadia como etemu, que se traduce como «espíritu».

  Anónimo

martes, 15 julio, 2008  

Una respuesta frecuente y superficialmente plausible a este enigma es la aserción de que el factor determinante es la unicidad de las experiencias acumuladas por un «yo» durante su vida.

Se acepta fácilmente que nuestro comportamiento y memoria, y de hecho todo el contenido de nuestra vida consciente interior, dependen de las experiencias acumuladas en nuestras vidas; pero por muy extremo que pueda ser el cambio producido por exigencia de las circunstancias en algún punto particular de decisión, uno sería todavía el mismo «yo», capaz de rastrear hacia atrás en la propia continuidad de la memoria hasta los recuerdos más tempranos, hacia la edad de aproximadamente un año, el mismo «yo» con otra apariencia.

No puede haber eliminación de un «yo» y creación de un nuevo «yo».

Puesto que las soluciones materialistas fallan cuando intentan dar cuenta de nuestra unicidad experimentada, me veo obligado a atribuir la unicidad de la psique o alma a una creación espiritual sobrenatural.

John Carew Eccles

  Anónimo

martes, 15 julio, 2008  

El que aún haya cosas sin explicación se debe solamente a que el trabajo intelectual necesario no ha sido aún proyectado con la profundidad debida.

Opus Paramirum

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