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Cuerpo no orgánico |
Para Hegel la alienación no tiene carácter peyorativo. Forma parte del drama especulativo de la reconquista del espíritu para superar el divorcio entre el espíritu y la realidad; es elemento de un devenir complejo que tiene como etapa final la perfección del saber. Aunque la alienación hegeliana implique negatividad, se trata sólo de una negatividad antitética, semilla de nuevas superaciones. Aunque Marx es fiel a la idea general de la alienación hegeliana, le da un sentido más concreto y humano. No es simplemente un drama especulativo, sino una realidad tangible que compromete todo el ser de hombre.
La alienación para Marx es la realidad negativa de la cual se debe emancipar al hombre, pero es también una etapa necesaria para un enriquecimiento sucesivo.
Está comprometida en ella toda su concepción del materialismo histórico: el hombre pasa por momentos dialécticos, uno de los cuales es el dominado por el capitalismo, con su secuela de alienaciones, en una marcha hacia la plenitud de su existencia.
La alienación para Marx es el penoso descubrimiento de la deshumanización del hombre, conocimiento que permite, como necesaria reacción, la humanización del mismo.
Una vez tocado el fondo de la miseria humana, puede dar comienzo un movimiento de ascensión segura. De esta manera, la alienación se encuadra en el optimismo que da la certeza de la futura recuperación del hombre.
Esto supone una tarea ética que empuja al hombre a luchar contra esa alienación y una orientación crítica de la filosofía para la promoción de un mundo nuevo.
Vygotsky
Vygotsky
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Marx
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