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Panorama de la mente |
Todo sistema viviente depende para su supervivencia de dos procesos: "morfostasis" y "morfogénesis".
• El primero se refiere al mantenimiento de la constancia de un sistema a través de mecanismos de retroalimentación negativa.
• El segundo, por el contrario, a la desviación, variabilidad del sistema a través de mecanismos de retroalimentación positiva.
En cada situación, los procesos de desviación y de amplificación se equilibran mutuamente.
Orden a partir de la fluctuación
Se considera que la desviación y los procesos que promueven el desorden y la desorganización no necesariamente son destructivos.
Las desviaciones o fluctuaciones, si se mantienen y no son contrarrestadas por mecanismos correctores, producen una bifurcación que genera un salto cualitativo hacia una nueva organización.
En esta etapa del desarrollo del pensamiento la ampliación de la desviación y los mecanismos de retroalimentación positiva, procesos favorecedores del cambio, adquieren un nuevo status, son considerados esenciales para la evolución de los sistemas vivientes.
Magoroh Maruyama
• El segundo grado es inseparable de la opción democrática: lo justo de la democracia es nutrirse de opiniones diversas y antagónicas; así, el principio democrático ordena a cada uno respetar la expresión de las ideas antagónicas a las suyas.
• El tercer grado obedece al concepto de Niels Bohr, para quien el contrario de una idea profunda es otra idea profunda; dicho de otra manera, hay una verdad en la idea antagónica a la nuestra, y es esta verdad la que hay que respetar.
• El cuarto grado proviene de la conciencia de las enajenaciones humanas por los mitos, ideologías, ideas o dioses así como de la conciencia de los desvíos que llevan a los individuos mucho más lejos y a un lugar diferente de donde quieren ir.
La tolerancia vale, claro está, para las ideas no para los insultos, agresiones o actos homicidas.
'Tú debes...' 'Tú no debes...'
Este es el origen de los códigos morales.
• Si uno se considera un actor participante en el drama de la mutua interacción, del dar y recibir en la circularidad de las relaciones humanas, dada mi interdependencia, sólo puedo decirme a mí mismo cómo pensar y actuar:
'Yo debo...' 'Yo no debo...'
Este es el origen de la ética.
Westermarck
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